Mi corazón se vuelve odio después de verla encima de tus piernas.
El pulso se me acelera y me vuelvo colorada de ira.
Inyectada de adrenalina e ira, podría acercarme y tirarla al suelo, pero luego de recapacitar unos segundos, trato de calmarme y hacer que no vi nada, pero todos se dan cuenta de mi disgusto menos tu, que sigues con ellas entregándote su calor a mis ojos. Cero respeto.
Salgo a tomar aire, me acompañan, me entiende. Todos menos tú.
No es necesario poner cara de odio para que te des cuenta, pero claro, vas, te acercas como si nada y descaradamente me preguntas que me sucede.
Te odié por un minuto, porque no pensaste en mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario